miércoles, 24 de septiembre de 2014

Barbie Viajera en Zaragoza: Ken, ven a la convención


     ¿Te has fijado Blanca que ya no queda nada para las fiestas del Pilar? Los preparativos ya han arrancado y se respira en el ambiente un aire festivo realmente delicioso. He leído todo acerca de cómo se celebra la fiesta en Zaragoza. ¡Me fascina cómo adornáis el manto de la virgen con todas esas flores!
-¡Te encantan las fiestas!-, le respondía una sonriente Blanca Palaín, quien levantaba la mirada por unos segundos del trabajo que la tenía absorta. Desde hacía semanas no hacía otra cosa que trabajar y trabajar en la decoración de la Convención Nacional de Coleccionistas de Barbie en España. Sin darse cuenta, había llenado su casa de toda clase de materiales y recortes: tijeras, pegatinas, cartones, pintura... Blanca no se daba un respiro nunca. ¡Es tan perfeccionista!
 -¿Es que no tienes suficiente con la que te están montando en Madrid para los próximos 4 y 5 de octubre? Chica de verdad, eres incorregible.
-Ya sabes...-, decía a media sonrisa Barbie- ¡Más es más!



    

    Desde hacía unos meses, Barbie Viajera vivía en casa de Blanca. Cuando llegó a Zaragoza, no imaginó lo larga que sería su estancia allí. Pero así fue. Nada más llegar, Blanca le preparó un lugar privilegiado en su vitrina y, poco a poco, se hicieron amigas y confidentes. Blanca se acostumbró a su compañía y pasadas unas semanas, Barbie había decidido que se quedaría con ella una larga temporada y, de paso, supervisaría con ella los pormenores de la preparación de su próxima convención en octubre.
   
      Barbie se enamoró literalmente de Zaragoza. La ciudad había cambiado mucho desde la última vez que la había visitado junto a Ken. Ella también lo había hecho. Las mejoras llevadas a cabo para la Expo del agua de 2008 habían dibujado una nueva fisionomía al margen del río Ebro, moderna y accesible a los peatones. Pronto descubrió los beneficios de pasear por los nuevos carriles bici que recorrían la ciudad, hasta el punto de convertirlo en su medio de transporte habitual. ¡En una bicicleta rosa por supuesto! Estaba fascinada por la milenario historia de aquella vetusta ciudad. Íberos, suevos, romanos y árabes, habían dejado su impronta en la ciudad del serpenteante Ebro y en el carácter amable, pero valiente, de sus habitantes con los que no pudo ¡ni el mismísimo Napoleón!



     Las dos jóvenes solían hablar con frecuencia. A Blanca le gustaba consultar todo con Barbie y esta adoraba los buenos consejos que le daba ella. Tenía el don de calmarla. -¿Sabes algo de Ken?- le preguntó una tarde la Blanca. Barbie se quedó pensativa y su silenció delató que las cosas no iban cómo parecía. 
- Hace tiempo que no hablamos-, le confesó a su amiga. 
- Pero vosotros ya habéis estado alguna vez en esa tesitura, ¿no?, -continuaba Blanca -, es decir, recuerdo que Ken dejó de fabricarse algunos años y tú no es que te quedaras en casa precisamente...
    Barbie recordó entonces sus aventuras con Blaine y Kurt. Habían sido dos amores de verano, más pasionales que otra cosa, pero ahí estaban. Recordaba a aquellos chicos con cariño, pero nada más.  -Blanca, ¿sabes una cosa?
-Dime Barbie- atendía la amiga mientras paseaban juntas por la orilla del Ebro, algo más fresco por el cierzo.


 "A veces desearía cerrar los ojos y que, al abrirlos él estuviera aquí" 

- Cuando a una le va todo bien, no sabe si las cosas pudieran irle mejor si asumiera algún riesgo. Te digo esto y pienso en aquellos años separados y  bueno,  entiendo que tuvo que ser así. Es verdad, conocí a esos chicos y pasamos unos veranos muy divertidos, pero ellos no eran "guays". 
-¿A qué te refieres con que no eran "guays" Barbie?- le preguntaba la chica. Barbie se tomó  su tiempo en contestar.
-¡"Guays" Blanca!, como las luces de neón, como la sonrisa de un niño, como los estampados de leopardo, como las canciones de Britney... como todas esas cosas que no sabes lo que te gustan hasta que no las tienes. A veces desearía cerrar los ojos y que, al abrirlos él estuviera aquí. Pero ahora no está.



   
      Uno de los días más importantes de la estancia de La Viajera en Zaragoza, fue el día que Blanca la llevó a conocer a los coleccionistas de la ciudad y a hacerse una sesión de fotos. -¡Parece mentira que aún siga poniéndome nerviosa cuando tengo que ponerme delante de una cámara! Es que una tiene una reputación y hay que mantenerla.
 -¡Qué tía, eres de traca!- le decía a carcajadas Blanca.  
Así, se pusieron manos a la obra y gracias a que Blanca es miembro de la Corte de Honor de la Basílica de Nuestra Señora del Pilar, Barbie pudo fotografiarse bien cerquita  de la virgen y patrona de la ciudad.  Al fin llegó el momento, ¡todos estaban allí y eran majísimos! Edwin Andrés, Ana Fuentes, Victor, David, Nuria Rodrigo y Elisa, pasaron una tarde estupenda junto a la muñeca que ha dado la vuelta a España. Merendaron, hablaron de cosas rosas y se sacaron muchas fotitos,¡con lo de moda que está poner fotos en Instagram!




"Nadie lee entre líneas como él lo hace"


Las últimas semanas están siendo frenéticas con toda la locura de organizar la Convención. Aún así, las chicas no han dejado de pasárselo bien por la ciudad. De tapas por el London, de teterías en La Magdalena, de pinchos por El Tubo o viendo un espectáculo de cabaret en el Café de La Plata. -¿Sabes que yo también he sido artista de cabaret Blanca?.- No me extraña- le respondía, -con 55 años que tienes, ¿qué profesión es la que se te ha escapado a ti? ¡Y todas las haces bien!

Barbie apura junto a su amiga la cuenta atrás antes antes de reencontrarse con Ken en la Convención Nacional de Coleccionistas de Barbie 2014 en Madrid. Está nerviosa, cada año lo está. Él consiguió sorprenderla la última vez como sólo él podría. Nadie lee entre líneas como él lo hace. Ojalá vuelva a ser así. Porque para ella hay muchos muñecos, pero solo existe un Ken.





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