sábado, 14 de julio de 2012

La larga visita de Barbie a Córdoba



Las "dos Cármenes"



"Hay amores chiquititos como cajas de aire, amores de niños. Luces que se encienden y se apagan, cajas de música, sonidos que se vuelven ecos. Hay un momento para estar y un momento para ser; hay viajes que comienzan y que terminan, y a pesar de todo, siempre hay camino."  Ken






     La estancia en Córdoba de nuestra Barbie viajera, ha sido larga y reflexiva, y no es de extrañar que allí se sintiese como en casa. Siendo la anfitriona Cármen Pérez de Siles, más conocida como la dueña de la juguetería experta en venta de Barbie "El cascanueces", no podía ser de otra manera. En este viaje a Barbie le ha tocado esperar y pensar, a veces eso es así. Porque en muchas ocasiones,  necesitamos estar en casa de los amigos, hablar poco y dejarnos querer.




     De pequeños todos jugamos a ser adultos y parecía  divertido, una vez crecidos es un lujo poder jugar a ser niño, aunque sea un ratito, ¡y es tan liberador!. Allí estaban "las dos Cármenes", Carmen Pérez de Siles y Carmen Pérez Palomo, muñeca en mano, dispuestas a dar rienda suelta a su imaginación. Se reunieron en la nueva tienda que Carmen Pérez de Siles ha abierto en el centro de Córdoba, en la calle Realejo nº 4. Como buena amante de las muñecas Vintage, Carmen Pérez de Siles acudió a la cita con su mimada Swirl original, a la que tanto cariño le tiene, ataviada con el vestido que su amigo invisible le regaló la pasada navidad. Carmen Párez Palomo, una experta en historia del arte, no quiso faltar sin su Silkestone Toujours Couture, una elegante joven vestida en escrupuloso Chanel blanco al más puro estilo francés. Lo primero fue vestir Barbie Viajera para la ocasión, con la ropa típica de mujer cordobesa y que así, se sintiese más aún, como en casa. Pero lo mejor estaba aún por llegar.

Jugando a ser niñas
Apañando algunas miniaturas que tenía Carmen Pérez de Siles en su tienda y con un poco de ingenio y mucha imaginación, las dos chicas se tiraron al suelo y montaron, en el escaparate de la tienda, un verdadero patio cordobés. No faltaba un detalle, las rejas, las flores, las macetas, el olor a veranillo, el rebujito y ¡la caló!. Así, las tres Barbies estaban listas para sentarse en sus sillas y ser fotografiadas a gusto. La experiencia resultó bastante movidita y en alguna ocasión, hubo que recomponer el escenario, después de que, por accidente, se viniese abajo. 

     Tras la charla en el patio, las chicas se fotografiaron junto al diorama y continuaron la sesión de fotos en el maravilloso escaparate que la tienda tiene, dejando buena cuenta de las maravillas que allí se exponen y que son de obligada visita en Córdoba. También allí, recibió la visita de dos buenas coleccionistas de Barbie cordobesas y amigas de la casa, Raquel Espejo y su hija, quienes  disfrutaron y charlaron animosamente con Carmen Pérez de Siles sobre este proyecto.


"En  ocasiones,  necesitamos estar en casa de los amigos, hablar poco y dejarnos querer."



Un patió cordobés es o mejor para la caló
     Siendo Carmen Pérez Palomo una amante del patrimonio artístico y cultural de su tierra, además de una experta guía, no quiso que Barbie se fuese de Córdoba sin realizar una visita por los lugares más emblemáticos de su ciudad. Así, que madrugando, cámara en mano y acompañados por una amiga de Carmen, comenzaron la excursión en la Plaza del Potro, un lugar muy peculiar que toma su nombre de la posada donde mercaderes vendedores y compradores de ganado se hospedaban junto a sus reses durante la celebración de la Feria de ganado que se celebra en las proximidades, en la calle San Fernando o de la Feria. Es en esta posada, donde Miguel de Cervantes escribió parta del Quijote .

     Luego, entraron en el antiguo Hospital de la Caridad (S.XV.), hoy museo de Bellas Artes de Córdoba y Museo de Julio Romero de Torres. Carmen no quería que Barbie perdiera detalle de este pintor, embajador de la cultura cordobesa, así que decidió tomarle una foto delante de la fachada del Museo del pintor, sobre la fuente del patio que separa los dos museos. Barbie posó ante la foto del magno pintor que supo, como nadie, captar el mundo de la mujer, su propia tragedia en una época donde la pasión de ellas estaba expuesta al deseo de los hombres, representándola de manera natural, desnuda y bella: la mujer morena y artista, prostituta y modelo, la mujer en sí misma.



    No podía faltar en el itinerario, la visita al barrio histórico conocido como la Judería o de La Catedral. Barbie se fotografió en una típica calle cordobesa conocida como "la calleja del pañuelo", tan estrecha que colocando un pañuelo de cuello de caballero en cada punta de un lado de lado de la calle, nos da la medida exacta. - ¡A Ken le encanta ponerse pañuelitos al cuello, siempre me están desapareciendo los míos¡- exclamaba Barbie admirada en el lugar. Más tarde, se hicieron las fotografías en la Catedral antigua Mezquita Alhama de Córdoba. Primero fuera con la torre de la Catedral de fondo y luego dentro en la sala de oración, junto a los famosos arcos de la antigua Mezquita por un lado y el mihrab, hornacina en la que se guardaba el libro de oración, por otro. Después de visitar el "Arco de Triunfo", antigua puerta romana a la ciudad y de posar ante el Puente Romano del siglo I d.C., Barbie se fotografió en el enclave que desde esta perspectiva forman estos monumentos y que  acentúan la historia de Córdoba, en un paisaje único tan solo repetido en los cuadros de Julio Romero de Torres.


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