Cuando la madre de Alejandro Gabarrón trajo del rastro a casa una Barbie, no sabía lo que su hijo iba a ser capaz de hacer con ella. Estaba despeinada y sucia y, aunque la idea inicial era que ella misma iba a buscarle un vestido, fue Alejandro quien se encargó de ella antes que su madre. La peinó,le hizo un vestido y, una vez finalizada, se la regaló a su hermana, para resarcir de alguna manera todas las que le había roto de pequeñines. A ella le encantó así que, Alejandro animado por la experiencia, se hizo con alguna muñeca más de la línea playline.
Un día, un amigo le regaló una Barbie negra de edición Collector y fue entonces, cuando comenzó su interés por vestir y crear Barbies. Poco a poco, su trabajo fue evolucionando siguiendo una línea de estilo ecléctica. Las creaciones de Gabarrón, en parte son también esculturas. Con fimo, moldea el cuerpo de las muñecas y los transforma, dando rienda suelta a la faceta de escultor de este polifacético y autodidacta artista alicantino.